Si bien o servamos más inclusión, el problema no es la disfuncionalidad a trabajar, sino, para los profesionales, reconocer la auténtica problemática/ multiproblemática.
Se pasan muchas historias, hechos, factores...por alto, y se permiten menos actuaciones en casos que no deberían ser tan "altruistas".
Se necesita mucha pregunta, muchas respuestas, observación, información (y sabemos que, como con la Policía o incluso a veces en el Juzgado, no siempre dicen la verdad) y trabajo, aparte de un equipo, ya que los profesionales sociales y sanitarios no deberían trabajar solos sin un mínimo de personas trabajadoras en su equipo tituladas homologadas en el puesto de trabajo.
Ya no podemos que toda la diversidad sea disfuncional, aunqye sigan problemas de drogas, adaptación u otros. Ya no es raro quién no se ha casado, ya no vemos la prostitución sexual como algo poco habitual, ya no todas las mujeres jóvenes quieren seguir estudiando o trabajando, ya no hay pocos casos de ETS, ya no todo el mundo es feliz en pareja y ya no todo el que se ha divorciado es una persona problemática, ya no todo el mundo estudia sino crítica...y no todos los que intervienen son profesionales, ni equilibrados, ni neutros, ni analíticos, ni quienes han pasado por conocimientos universitarios ni esoecializados.
La sociedad sigue, quizás, aunque con más conocimiento de algunas existencias que desconocíamos, pero seguimos contando con intervenciones, con reglas, con normas, con límites. Y la cuestión, señores, es conocer y actuar, intervenir en lo necesario, supervisar y comprobar que los problemas se resuelven, se tienen localizados, se sabe por donde va y, también, se procura una buena solución para todos, y no una dictadura o crear más caos innecesarios.
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