Si bien es cierto que la autoestima es algo que el ser humano y todo animal en cierta forma posee, osea, la propia estima, valoración y forma de relacionarse con los demás, esta propia valoración puede cambiar de una forma u otra en la propia persona. Es decir, hay diversos niveles en que la persona puede sentirse querida, valorada, en menor o en mayor modo, o incluso, valorarse.
Por supuesto que la autoestima debe estar en buen nivel, y aceptarse tal y cómo se es. A veces, hay gente que no es realista o factible, tienen aires de superioridad o se creen estar por encima de la media en situaciones en las que no debería ser así (no es lo mismo estar de jefe en la empresa que estar de jefe de la mujer), y no saben pedir perdón cuando se equivocan. El hecho de valorar de una forma u otra a alguien por sentirse mejor o peor, o considerarla de su gusto o no, o hipotetizar sin verificar, o sentirse superiores incluso a profesionales sin considerarlos de forma adecuada (no puedes estar por encima de tu médico si éste considera que tienes que tomar pastillas para enfermedades como trastornos esquizofrénicos o bipolares previa valoración adecuada anterior por creerte modelo de revista), o tratar mal a alguien por no ser de tu gusto en el trabajo, en el gimnasio, o en cualquier otra parte.
Y recordad que habrá días en los que quizás nos sintamos mejor, y otros, de forma menos atractivo/as, de cara al espejo, o sentirnos a gusto, no sólo con el aspecto físico, sino con nuestro c.v., formación, ideas, estilo de vida, metas alcanzadas o por alcanzar... Todo ello, influye en nuestro bienestar y forma de vernos y sentirnos bien, y en si de forma realista podemos conseguirlo o no, porque a veces, nos montamos unas películas e historietas que hasta "la lecherita" se queda corta... También influye en nosotros el entorno, no sólo las cosas, vestimentas, tiempo, libros que leemos (aunque a veces hay que saber distinguir que "Sin noticias de Gurb" es de ficción y no suelen venir extraterrestres disfrazados a la tierra de Marta Sánchez por mucho que alguno/as lo deseen), sueños que tenemos y objetivos (quizás no cada día las tiendas van a conseguir 1000 euros en ventas sólo de vestidos o de zapatos) y las personas con las que nos rodeamos: desde el marido o mujer, el trato de los hijos o hijas, la abuela, el hermano o hasta la mascota, porque quizás te toca un perro rebelde que te deja la cama toda sucia y tienes el doble de trabajo, y claro, el que no le puedas educar o no te haga caso influye, al igual que si tu mujer te deja mal delante de los vecinos, o si al contrario, te prepara tu plato favorito para cenar sin esperarlo.
Porque el hecho de la autoestima y de relacionarse con alguien de una forma u otra puede crear o no toxicidad en la relación (por supuesto quizás no seas tóxico para quién ve que le tratas bien y sí lo sea quién no es adecuado o al menos correcto con alguien) y a veces, hay que tener en cuenta que todos y todas podemos ser tóxicos o tóxicas para alguien, aunque no sea para la mayoría.
Blog sin ánimo de lucto sobre relaciones amorosas, salud sexual, salud mental, otros temas de sexualidad, trabajo social, etc
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