miércoles, 3 de abril de 2019

Esclavitud sexual, ficción versus realidad

Por supuesto que no es lo mismo la esclavitud sexual que nos muestra el porno, la ficción, novelas o películas románticas, que la de la calle de países ricos y pobres.

No es lo mismo elegir ser la sumisa de un señor que te atrae y con el que deseas tener relaciones sexuales y disfrutarlas, ser su sirvienta de forma placentera y libre por ambas partes (o más, porque a veces participan más personas) que estar con un hombre que te adjudica un señor que se supone que es un criminal o proxeneta que te obliga a tener relaciones sexuales con hombres que ni deseas, que no se preocupan por tu placer si no por el suyo, y que son capaces de pasarse el VIH o cualquier otra cosa, o de fastidiarte tus partes íntimas. y como que ni es una fantasía sexual ni saludable ni divertido.

Y esto pasa en zonas ricas y pobres, cada día, con gente de todas etnias, clases sociales e incluso, profesiones.


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